Beneficios del baño turco
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Tomar un baño turco, conocido también como "Hammam" o sauna húmeda, es una manera estupenda de mejorar nuestro bienestar físico y mental. Se trata de un baño de calor húmedo, el cual es generado por vapor de agua, en el que la temperatura oscila entre los 25-50 grados en función de la altura y con una humedad del 99%, aproximadamente. Este tipo de sauna proporciona beneficios para nuestro organismo, desde la depuración hasta un excelente cuidado de la piel.
1. El vapor y el calor generado dentro de un baño turco favorece la aceleración de las funciones metabólicas del organismo, favoreciendo la circulación de la sangre y estimulando el sistema nervioso, el respiratorio y el hormonal. Este es uno de los beneficios más preciados del baño turco para nuestra salud.
2. Tomar un baño turco es especialmente beneficioso para el sistema cardiorespiratorio, ya que al obligar a los pulmones a ventilar más, se produce un aumento en su capacidad de intercambio de oxígeno. Además, el vapor humedece las vías respiratorias por lo que es expectorante para el tratamiento de resfriados, ronquera, bronquitis y excelente para calmar la tos y otras afecciones respiratorias.
3. A diferencia de la sauna seca o finlandesa, el baño turco es mucho más relajante y, por consiguiente, beneficioso para el sistema nervioso. Proporciona una gran sensación de bienestar general en todo el cuerpo, siendo también estupendo para liberar tensiones, reducir el estrés, la ansiedad y favorecer un mejor descanso en la noche.
4. Otro de los grandes beneficios del baño turco es el que está relacionado con el cuidado de la piel. El vapor ofrece una gran oxigenación en los tejidos de la dermis, revitalizándolos y limpiándolos en profundidad. Los poros se dilatan y se eliminan todas las toxinas e impurezas de la piel. Por este motivo, el acto de relajarse en baños turcos es muy recomendado para personas que sufren de acné o para aquellas que, simplemente, quieran lucir una piel más suave y radiante.